Costó entrar a Nicaragua…largas horas y trámites caros. El cruce más complicado del viaje. Cala se indigna: ¿Porqué existen las fronteras? Impresiona la diferencia entre las fronteras de Sur y Centroamérica. En ésta reina el caos, los edificios son grises y sucios, y habitan personajes que por buena propina insisten en poder agilizar los trámites anacrónicos que se reproducen. Finalmente, y bajo gran chaparrón, logramos pasar. Las rutas nicaragüenses muy buenas, flanqueadas de verde y de árboles de flores rojas que nos dicen se llaman malinches. Enseguida aparece un mar a la derecha, es el lago Nicaragua, enorme y picado. Dormimos en el Hostal Suleyka, la dueña que estaba de viaje nos mandó un mail invitándonos. Gracias!
Temprano salimos hacia Granada, una ciudad de colores, calles de adoquines y llena de extranjeros que la eligieron para vivir. Buscando un wifi para conectarnos divisamos una kombi y apelando al sentimiento de camaradería estacionamos detrás, enfrente de una lavandería. Salió Jairo, el dueño y enseguida de gran charla. Sigue leyendo