Y de pronto el paisaje cambió por completo. La aridez de la costa peruana se transformó en exuberancia, cruzamos la frontera sin problemas y Francisca estrenó la panamericana ecuatoriana. A los lados de la ruta un desfile de enormes plantas de bananas. En menos de 20 km nos pararon tres veces para controles. Los papeles, el matafuegos, el botiquín, y el último, un comando antidrogas. El policía corpulento y con cara de pocos amigos desconfió de la pinta de Francisca (y nuestra?) y pretendía desmontar el techo a ver si en el doble fondo traíamos un botín. La escena surreal. Con una navaja pretendía desarmar el techo que había costado lo suyo encastrar, Catire le iba diciendo: si lo saca, usted lo pone. Ya me veía todos detenidos. Por suerte desistió y seguimos viaje.
Llegamos a Machala, una ciudad portuaria desde donde salen los cargamentos de bananas más grandes del mundo. Nos recibió la familia Romero Recalde, contacto de Loli Andrade de Guayaquil que nos había escrito hace tiempo por mail y que pertenecía a un movimiento muy extendido en estas latitudes que se llama Lazos de Amor Mariano. Medalí, madre de tres hijos, hábil bordadora, tímida y cariñosa nos preparó un riquísimo plato de carne, arroz y menestra (guiso de legumbres) con el mejor jugo de mandarina que probamos. Los chicos encantados con Manuel, el hijo, y Jimena la sobrina que enseguida se puso a jugar con Mia y Carmin. Medali tan generosa viendo el gusto de Cala por las manualidades le regaló su caja de hilos, telas y moldes para que aprenda el punto cruz. Salimos temprano al otro día después de probar el tigrillo, típico desayuno, especie de revuelto de banana verde que se parece a la papa con queso.
El camino a Cuenca se adentra en la montaña selvática, tupida y húmeda. Aparecieron puestos de venta de bananas colgando de todo tipo y color. Curiosos paramos a comprar y nos querían vender una planta entera! Divertidos con la kombi nos regalaron algunas y seguimos subiendo y bajando entre curva y contracurva. Impresionante el camino. Nos seguimos sorprendiendo con cada nuevo paisaje. En Cuenca nos esperaba Diani, también de Lazos. Cambiamos ropa de verano por pantalón largo y campera. La altura traía el fresco. Recorrimos el casco histórico con las calles de adoquines, la catedral con las cúpulas de mosaicos azules y las casas empotradas en las cuestas que dan a alguno de los 4 ríos que rodean la ciudad y que le dan el nombre: Santa Ana de los Ríos de Cuenca. Tomamos un helado buenísimo en la esquina de la catedral y Diani nos invitó al rezo del rosario con parte del equipo de Lazos. Lindísimo.
Esa noche, después de comer lomo de cerdo y llapingachos (tortitas de papa) en el restaurante de Iván, un cuenqueño muy simpático que nos regaló unos plátanos gigantes, seguimos a la casa que nos había prestado Loli, casa que tiene su familia en la ciudad. Resulta que estaba ubicada en los altos de Cuenca y tenía un acceso muy empinado desde la ruta, y aunque Francisca hizo varios intentos y todos arengamos desde abajo, en la última parte de la cuesta el motor ya no daba y la kombi se deslizaba hacia atrás. Los generosos padres de Diani que nos habían acompañado sacaron plan B y partimos a la madrugada a la casa de una tía en la otra parte de la ciudad.
Al día siguiente, Diana madre nos llevó a visitar el parque natural de El Cajas, un lugar muy lindo, pura paz, entre montañas y ríos de piedra donde está el Santuario a la Virgen Guardiana de la Fe. Es un lugar de peregrinaje porque hace unos veinte años se le apareció la virgen a Patricia Talbot, en ese entonces una joven que trabajaba como modelo. La familia Merchan, muy devota de esta virgen, nos contó la historia de Pachi y de las apariciones. Quedamos muy impresionados. A la vuelta pasamos por la hostería Las Dos Choreras construida sobre las rocas de las montañas y sobre dos vertientes que entran y salen del hotel y le dan el nombre. Afuera hay un estanque de truchas enormes, especialidad de la casa. Los chicos fascinados.
El domingo fuimos a misa a la capilla donde también se apareció la virgen a Pachi. Ibamos a conversar con ella perono pudo llegar y hablamos por teléfono. Conocía nuestro viaje. Con una voz muy suave y alegre se comprometió a rezar por nosotros, con ese envión, nos despedimos de los Merchan y seguimos camino. Una vez más subidas y bajadas, curvas y más curvas. Todo verde, todo exuberante. Llegamos a un Guayaquil caliente y húmedo. El contraste era bestial. Nos recibió con gran sonrisa Ana Reyes, casi compañera de trabajo (nos cruzamos) y amiga de mi hermana. Hace dos años que vinieron a vivir a esta ciudad donde nació Mica. Los chicos enseguida tomaron posesión de sus juguetes y ella miraba divertida el caos en el que se había convertido su casa hasta se entonces tranquila. Santiago, gran chef, preparó suculenta fondue de queso y nos quedamos hasta altas horas conversando como viejos amigos.
El lunes decidimos caminar hasta el shopping cercano para conseguir un chip local para el teléfono y ojotas para todos. Eran unas cuatro cuadras que parecieron eternas bajo el despiadado solazo matinal. Nos sentíamos nómades por el desierto. En esa zona residencial nadie camina, todos se mueven en autos frescos. Nunca tan aliviada y contenta de llegar a un shopping (suelo huir) con aire acondicionado. Aprovechamos la pileta del barrio de Ana para contrarrestar el calor y después de almorzar salimos al centro.
Pasamos por la famosa plaza de las iguanas donde en vez de palomas pululan estos animalitos prehistóricos, y paseamos por el Malecón, una larguísima rambla sobre el río. Esa tarde nos invitaron de Lazos a un encuentro para que contemos nuestra experiencia y motivos del viaje. Pensamos que era un grupo de 15 personas y eran más de cien! Conocimos a Loli, ángel de la guarda que nos viene abriendo puertas y a su marido. Fue increíble poder compartir el viaje con semejante auditorio. Al final nos hicieron una bendición cantada que nos dejó emocionados.
Al día siguiente, nos hicieron una entrevista muy divertida para una revista. Nos sacaron fotos en el Malecón y en las Peñas, casitas de colores en una loma, donde viven pintores y artistas. Nos despedimos de los Lentini-Reyes, esta familia chiquita, sencilla y alegre, y encaramos la costa en busca de mar.
Días de sol, amigos y más Ecuador. Llegamos a Montañita, a visitar a mi tía (que más que tía parece una prima!) que hace mucho no veía. Dami nos recibió en su hostal mágico, la Rosa Mística, con sus tres hijos varones. Adentro de su casa llena de frescos de colores que ella pinta hay un árbol que nace en la cocina, atraviesa su cuarto y sale por el techo. Dice mucho de ella. Está siempre llena de amigos, gente que entra y que sale, una casa abierta, de esas que tanto nos gustan. Dimas se adosó enseguida (sobre todo a Maxi, gran surfer). Pasamos días maravillosos de mar, surf, mates, charlas, temazcales (!), camarones, murales con material reciclado, misa en el Santuario de la Rosa Mistica, iglesia con la mejor vista que conocemos y paseos a otras playas (y todo a pesar de que Cala y Catire cayeron con una gripe tropical). Qué buen reencuentro. No nos queríamos ir. Gracias Dami, volveremos!!
Seguimos subiendo y llegamos a Canoa, otra playa larga y tranquila. Nos quedamos en un hostal vacío sobre el mar. Lujo. El día de mi cumpleaños me desperté y tuve que cerrar los ojos mientras los chicos me guiaban hacia al mar. Gran sorpresa: un desayuno con torta y frutas al borde de las olas. Festejamos en un día azul con baños en un mar tibio, con castillos de caracoles y caminatas en la arena. Un festejo diferente para el recuerdo.
El camino hacia Santo Domingo transcurrió entre plantaciones de arroz, pueblos con casas sobre pilotes y ríos marrones amazónicos. Nos esperaba Gaby Ramos, también de Lazos y con el mismo espíritu hospitalario y generoso. Después de un desayuno de carne, arroz, ensalada y tortitas de banana, visitamos la fábrica de potabilizadora de agua de la familia. En Ecuador nadie toma agua de la canilla. Que dichosos nosotros que podemos hacerlo en nuestra ciudad. Los chicos curiosos y divertidos con los gorros de cirujanos aprendieron cómo pasaba el agua de tanque en tanque cada vez más pura y llegaba a las botellas. Nos fuimos munidos de agua y encaramos la ruta hacia la capital.
Nos adentramos en la selva y nos desviamos a Mindo un pueblo de mariposas, colibrís y cacao. Fuimos a un mariposario y nos explicaron el ciclo de vida de estos bichos sorprendentes, justo detrás un jardín de picaflores que iban y venían renuentes a salir en mis fotos. Grandes fanáticos del chocolate, los chicos participaron de un taller donde les explicaron cómo se cultiva este fruto y pudieron degustar distintos tipos de cacao. Muy bueno.
Siguiente parada: la mitad del mundo! Foto obligada en la latitud cero. Volvió el frio y medio disfrazados entre musculosas y camperas aprovechamos los últimos minutos antes del cierre para pararnos en esta raya imaginaria que tantas veces vimos en los mapas. Llegamos a Quito de noche, y los González Victorica nos recibieron con milanesas con puré. Devoramos. Qué bueno el reencuentro con amigos de la vida. Una casa llena de chicos que no pararon de jugar desde que llegamos. Pili y Lucho grandes y generosos anfitriones hicieron todo para que nos sintamos como en casa.
El jueves partimos con Pili al volante y el Weiss, especie de GPS que parece es clave para moverse por esta ciudad de diagonales, pendientes y poco claras explicaciones; ahicito, allá arribita, largo, largo,… Nada de nombres de calles, ni derechas ni izquierdas, ni número preciso de cuadras que faltan. Paseamos por el centro histórico de callecitas empedradas que se pierden entre iglesias, plazas y vendedores de frutas. Los chicos saludaron a la guardia presidencial que inerte escolta la puerta e investigaron a fondo la iglesia de los jesuitas toda recubierta en oro. Cuando quisimos volver, empezaron las calamidades: el siempre escurridizo papelito del estacionamiento había desaparecido… y a los pocos minutos de arrancar. Luego de pago de multa, el teléfono de Pili se apagó y con él el imprescindible Weiss. Pero a fuerza de preguntar y preguntar, al estilo Francisca, pudimos llegar a buen puerto. Esa noche delicioso asado de amigos y nos sentimos en Buenos Aires una vez más.
Para alegría de los chicos, al día siguiente todos faltaron al colegio y partimos a disfrutar un día de sol al club que ellos van habitualmente. Nos encanta colarnos en las vidas de nuestros anfitriones y conocer de dentro la diaria que los acompaña siempre. El club entre montañas es un paraíso. El calor del mediodía pasó entre piletas de agua templada y charlas de amigos. Comimos rico ceviche ecuatoriano, empanada de aire y locro bien diferente a nuestro plato patrio. Como corresponde, el solazo se convirtió en chaparrón mientras Dimas y Silvestre jugaban al fútbol encantados. Esa noche hubo baño comunitario con cuentos, burbujas y patinaje en el piso mojado. Más programa imposible.
Antes de salir otra vez a la ruta, hubo sesión de disfraces. Había que aprovechar cada minuto. Nos fuimos con grandes abrazos, nudo en el estómago y un gran regalo: una sagrada familia de madera tan linda y colorida donde cada integrante abraza al siguiente. Gracias familia!!
Otra vez entre montañas y volcanes. Paramos en el lago San Pablo, bien fresco y almorzamos en Otavalo, gran centro de artesanía, sobre todo tejidos y sombreros. Comimos un menú de dos dólares y seguimos hasta Ibarra donde nos esperaban Hugo y Carolina en su casa y hotel de campo. Otra familia Lazos que nos abría sus puertas. El Rancho de Carolina queda en la puerta del pueblo de Ibarra. Hugo y su mujer son grandes emprendedores, gestionan el hotel que fue del padre de Carolina además de una fábrica de riquísimos embutidos que pudimos probar. Con mucha confianza, fe y sonrisa estampada en el rostro, Hugo nos contó sobre sus proyectos e ilusiones. El domingo fuimos a misa en el campo vecino, una antigua misión jesuita que todavía conserva los edificios y jardines. Lo invitaron a Catire a hacer un asado cosa que aceptó encantado. Comimos riquísimo un menú argentino- ecuatoriano y compartimos un domingo con la mejor compañía.
Bien temprano salimos para recorrer los últimos kilómetros ecuatorianos. Antes de la frontera cargamos nafta, la más barata del continente y avanzamos con mezcla de tristeza y emoción hacia el cruce. Y así se nos va Ecuador entre mar y surf, montañas verdes, pueblos y ciudades, bananos, y sobre todo, muchos amigos, de los viejos y de los nuevos…Ecuador, país chiquito pero “grandioso” acota Dimas. Tal cual.
Queridos viajeros, somos una familia de músicos que vivimos en el valle de los chillos en Sangolquí, cuando regresenn tienen nuestra casa para ustedes, está amoblada pero descupada, asi que cuando vuelavan no dejen de contactarse con nosotros y los recibiremos con muchísoma alegría.
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Muchas gracias!!
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Gracias por venir y describir tan lindo a nuestro país. Viajan en el mejor carro el mundo, la Combi VW!!
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Hola!! Soy de Guayaquil, me alegra mucho que les haya gustado mi país! Espero estén de vuelta pronto! 🙂
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Soy Ecuatoriano viviendo hace algunos años en Argentina!! Sabes que quiero hacer un viaje así hasta Ecuador? Lo veía imposible!! Fuahhh!! Leyendo todo me quedo impresionado!! Lo voy a hacer! Me serviría de mucho si me ayudan con la ruta que tomaron para llegar a Ecuador! Adelante! Éxitos
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Estimados Amigos de América en Familia, me encanta su relato. Una cosa nomás. Se saltaron de conocer Loja mi ciudad pero bueno eso será otro momento. Les comento que en general en las ciudades de la sierra sí se toma agua del grifo o de la llave. Ejemplos Loja, Cuenca, entre otras. En la costa no. Esto para vuestra información. Un abrazo buen viaje.
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Un saludo amigos de Argentina, acabó de leer su relato y es emocionante saber el amor que les nació por mi país(soy de Ecuador). Ya que pocos tratan de conocer lugares tan desconocidos; pero a la vez, un mundo «mágico» que pueden ofrecer: sol, playa, desierto, montañas y mucho más. Además de leer sobre el trato de mis compatriotas sobre ustedes.
En lo que respecta, sobre la creación de la página y los múltiples viajes lejos de Buenos Aires. ¡En serio es de admirar!. Que a pesar del cansancio siguen por el objetivo de seguir a nuestro papa latinoamericano, nos referimos a Francisco (coterráneo suyos).
Mi nombre es Ricardo Flores- estudiante de periodismo y trabajo para el diario El Telégrafo de Guayaquil-. Me gustaría saber si les puedo hacer unas preguntas de su experiencia acá; en el cual, sería luego publicado al diario. ¡Muchas gracias!, por el relato que como ecuatoriano me sentí orgulloso.
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Hola, soy de Ecuador me siento muy contenta de que allan pasado por aquí y les allá gustado mi país , que tiene tantos lugares hermosos para conocer espero que les vaya bien y lleguen sin problemas a Filadelfia…..Que Dios los Bendiga .
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Recién leo su post, Ecuador es hermoso y no lo digo porque sea de acá, somos amables! Qué linda experiencia de veras!! Dios los acompañe y los bendiga siempre!!
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No puedo creer lo que leo aca en la pagina y hoy vi por C5N,es fantastico,soy un jubilado de 70 años que los envidia sanamente porque es lo que siempre quice hacer y nunca pude,les deseo lo mejor San Expedito los proteje,un abrazo de oso para todos y los seguire por aca hasta que esten devuelta en casa,no los puedo ayudar economicamente pero lo que este a mi alcanse cuenten con ello,soy de buenos aires pero ahora vivo en mar del plata con mi esposa Pata.besossssssssssssssssss mil
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Gracias Ricardo!! Un abrazo!
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Viajamos con ustedes con cada relato y esas fotos maravillosas. Infinitas gracias!!
saludos,
Sofía
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Gracias Sofía!! Beso grande
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Catire que experiencia mas enriquecedora! Admirable! Disfruto mucho de sus relatos! Ahora a esperar los proximos cuentos!
Que Dios y Maria los bendigan y sigan guiando!
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Gracias Perica, tantos años! Un beso grande a la familia. Catire,
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Cuanto disfrute transmiten !!!!.Los relatos son tan inpecables que espero con ansias la llegada del proximo!.En cada foto me parece estar con ustedes. Adelante con los faroles !!! Silvia del Hospital Ezeiza.
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Qué lindo mensaje Silvia. Me acuerdo mucho de todo el equipo del hospital. Un abrazo. Alfredo.
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Noel y Catire !! Impecable relato y las fotos son geniales. Cuanta alegría viven y generan en familia y entre las familias que conocen. No se detengan !! Vamos con ustedes. No veo la hora de conversar con ustedes en Filadelfia. Abrazo grande
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Gustavo!! Acá estamos, inmersos en esta experiencia increíble. Gracias por todo el apoyo y aliento. Un beso grande.
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muy bueno el relato!!!! (quiero ir a la posada de Damiana :))
besooo
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Ya volveremos todos. Besos.
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Que buenos relatos, es como ir un rato en Francisca con ustedes, beso enorme
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Cubo!! Los extrañamos compañeros de aventuras…Besos a toda la familia!
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Mis felicitaciones El Señor los sigue acompañando mis oraciones siempre estan con Uds se los ve felicisimos y la alegria que a toda mi familia la tiene encantada para los niños conocimientos de la geografia para toda su vida que grande viaje que la VIRGEN madre nuestra los siga protegiendo mis vendiciones para todos y me despido contentisima que todo va bien hasta pronto Yudy manrique de Ballon
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Yudy, gracias por el mensaje. Un beso muy grande para todos en Arequipa!
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Sigo viajando con ustedes y en especial con mi tocayo. Quiero que me cuente él como vienen su experiencia personal. Podrá ser?
Beso de admiración.
Dimas Gaviña
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Gracias Dimas!! To tocayo va escribiendo un diario de viaje. A la vuelta habrá que hacer encuentro. Beso grande!
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Hacía un tiempo que no los leía, y me hice una «panzada» de relatos. Impresiona y me da certeza de este Dios con nosotros, como se les va abriendo el camino a medida del andar. Lo tomo para mi vida también, somos caminantes que sabemos adonde vamos, y las sorpresas se hacen alegría, de encontrarnos con tantos, y en cada lugar formar comunidad. Tenés un lugar en mi corazón! Y uds han ocupado ese lugar en el corazón de muchos. Sigan!!! andando nomás. un beso y abrazo
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Santiago y Tinita. Qué lindo mensaje. Viajamos muy acompañados, eso se siente. Un abrazo grande.
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Emocionante el relato, TODO, es una bendición que como familia se hayan lanzado con los chicos.
Admiración por la fortaleza de cada uno de Uds., a pesar del cansancio, de extrañar, la unidad y el amor a Dios es lo que los mantiene arriba. como diria Santa Maria Micaela «La providencia y tu Fe, mantendran esta casa en pie», y la providencia esta con Uds., que mejor..
Vamos!!!!!!! lo lograran, la recompensa esta cerca, fuerza Famillia, desde Chile los encomiendo en mis oraciones, que Dios y María guien su camino!!!
Un abrazo
Pau
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Paulina, gracias por el mensaje. No conocíamos la frase de María Micaela. Muy buena!! Un abrazo grande.
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Se los ve felices!
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Estamos! Besos y gracias por tutti.
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¡¡Como contagia este viaje!!!!!! Que ganas de estar ahí! Cada vez que los leo se me sigue poniendo la piel de gallina!!!!
Manden fotos cuando estén en lo de Manu!
Beso!!!
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Luly! Acá encantados en lo de Manu. Los extrañamos. Besos a todos. En especial de Carmin para Teo.
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